Durante dieciocho años (1912-1930) este profesional se dedicó a la fotografía en Guadalajara capital, aunque también realizaba salidas periódicas a otras localidades de la provincia. Como el resto de sus compañeros, además de los retratos de estudio, atendía a otras necesidades, desplazándose con su equipo allí donde hiciera falta, para, por ejemplo, congelar la imagen de sus monumentos.