Los Albores de la fotografía en Guadalajara
La capital alcarreña vivió, durante la segunda mitad del siglo XIX, cierto esplendor cultural y científico a raíz del establecimiento y afianzamiento en la ciudad de diversos centros dinamizadores del conocimiento y la ciencia, como la Academia Superior de Ingenieros Militares y el anejo Parque de Aerostación, la Escuela Normal de Magisterio y el Instituto de Enseñanzas Medias, a cuya sombra nacieron otras muchas asociaciones de libre pensamiento y esparcimiento, como la Peña, el Ateneo Caracense, o el del Obrero. Es significativo que en 1922, cuando se fundó la Academia de Investigaciones Históricas se incluyera una Sección de Fotografía, que quedó a cargo de Francisco GOÑI y Enrique DIGES.
Quizás podríamos considerar esa fecha, 1922, como el fin de un primer período de la fotografía en Guadalajara, el de los pioneros.
Como siempre, la proximidad a Madrid supuso una influencia inmediata en esos momentos iniciales; primero con la visita y trabajo esporádico de fotógrafos extranjeros, como el británico Charles CLIFFORD (c.1855-1856), o el francés Jean LAURENT (1870). Segundo, con la presencia puntual de fotógrafos comerciales como Ramón SÁEZ (1853), Amador CUESTA, o Florencio NAVARRO que se instalaría en Guadalajara desde 1883, ocupando el gabinete que habían abierto en 1864 Francisco EYRÉ y Vicente VÁZQUEZ, en el número 44 de la calle Mayor.
A NAVARRO y sus Sucesores de Navarro seguirían otros muchos que intentaron abrirse paso en Guadalajara. Debemos de mencionar, entre otros, a Manuel ARIZA (desde 1897), Francisco MARÍ(1906), Ángel ARQUER (1912) o, el ya citado Francisco GOÑI (1918), dedicado más a la fotografía de prensa.
Pero el verdadero motor de la fotografía en Guadalajara será el Servicio Fotográfico. Este órgano ligado a la Aerostación Militar, además de atender a sus propios intereses castrenses, funcionó como verdadera escuela de fotógrafos, luego incorporados a la sociedad civil. Por ese Servicio pasaron profesionales tan prestigiosos y creativos como JOSÉ ORTIZ ECHAGÜE, Eduardo SUSANNA, o José REYES RUIZ, todos ellos integrantes de las corrientes pictorialistas.
Este último abriría, en 1925, su propio gabinete en la calle Román Atienza, aún hoy en funcionamiento. El material empleado entonces por don José REYES (cámara, ampliadoras, mobiliario y sistema de iluminación), y que sirvió para inmortalizar la imagen de varias generaciones, hoy nos vale para reproducir un ideal estudio fotográfico del primer cuarto del siglo XX.
Finalmente, este fugaz repaso sobre los albores de la fotografía en Guadalajara no debe de olvidar a aquellos aficionados que, con sus pesadas máquinas, recorrieron la provincia captando sus paisajes, tipos, costumbres y riqueza patrimonial. Desde Santiago MARTÍNEZ PALACIOS (1884), hasta Tomás CAMARILLO, pasando por Jacinto ABÓS (1910), o el arquitecto Antonio VÁZQUEZ FIGUEROA (1907).